El Día Mundial de la Eficiencia Energética se celebra cada año el 5 de marzo para concienciar sobre la importancia del uso razonable y eficiente de los recursos energéticos. Esta fecha fue establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011, con el objetivo de sensibilizar a todas las personas sobre la necesidad de reducir el consumo energético mediante un uso razonable y sostenible de la energía.

Al contrario de lo que muchas personas piensan, impulsar la eficiencia energética no significa prescindir de las comodidades y comprometer la calidad de vida. La eficiencia energética significa optimizar los procesos de producción y consumo de energía, apostar por fuentes de energía renovable y fomentar el consumo responsable y el reciclaje, entre otros.
Las formas de reducir el impacto y consumo energético pueden ir desde implementar medidas como la optimización de procesos industriales, el uso de tecnologías limpias, la mejora de la eficiencia de los equipos y la utilización de energías renovables. Además, se promueven hábitos de consumo responsables entre la población, como el uso de electrodomésticos de bajo consumo, el ahorro de agua y la reducción de la contaminación
lumínica.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) trata la eficiencia energética como una de las claves para llegar a cumplir los objetivos de la agenda 2030. De hecho, 5 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible son de este ámbito; ODS 7 Energía asequible y no contaminante; ODS 9 Industria, innovación e infraestructura; ODS 11 Ciudades y comunidades sostenibles; ODS 12 Producción y Consumo Responsables; y ODS 13, Acción por el Clima.
